Nada hay más desagradecido en este mundo del fútbol que un resultado
adverso y más si lo es en el 88 y tras algunas acciones que de haber sido de
signo favorable habrían convertido ese mismo partido en una fiesta para
jugadores y aficionados.
Yo estaba justo detrás del línea, justo detrás, cuando levantó el
banderín en la famosa jugada del penalti no pitado. En ese mismo momento y a
pesar de que no me lo pareció le espeté un:
"penalti tienes que pitar penalti ", si vas a llamar al
árbitro será para pitar penalti, le dije. Los jugadores del Eume convencidos de
esto mismo se acercaron a gritos a presionarlo y el árbitro enseñó al menos una
amarilla a Javo, que le había dicho al línea: "está el al lado y no lo ve,
tu no lo puedes pitar no me jodas, lo tiene que pitar el árbitro no tú".
Enseguida y al oído el línea le repitió dos veces a su colega: fuera de
juego, fuera de juego. Todos, yo incluido pensamos lo mismo, se rajó y se echó atrás. Solo él
sabe la verdad. Repito yo no vi penalti, pero de todas maneras si hubiese
televisión sería una jugada con distintas interpretaciones y seguramente
estaríamos debatiendo si fue o no pena máxima. Algún jugador nos podrá dar luz
al respecto seguro.
Cuestiones deportivas aparte y más allá de haber cometido o no una falta
al borde del área en el 88, quiero expresar mi opinión de que nunca un hecho
aislado es consecuencia solamente del mismo, que también, si no que normalmente
lo es de una serie de acontecimientos que le preceden en el tiempo y que llevan
a esa situación.
Alfredo, sabes que aunque discrepamos en algunas cosillas,
fundamentalmente estamos de acuerdo en las más. Decirte que conocí a este
Maniños de tu mano y hoy no lo concibo sin ti y sin tu equipo de trabajo. Sabes
que siempre te he dicho que el día que se pierda eso que os caracteriza, con
ese corazón, ese empeño y entrega a una causa y unos colores, la Cultural no
será lo mismo.
Es por esto que a pesar de que por privado no hemos coincidido en este
caso, ahora aquí y en público quiero expresarte todo mi apoyo y solidaridad. A
ti, al club que representas y a toda esa gente que de una u otra manera
colabora, empuja y arrima el hombro cuando vienen mal dadas. Esto y no otras
cosas son lo verdaderamente importante y mientras así sea no habrá arbitraje
bueno ni malo que haga variar el rumbo de una persona y un entidad que van más
allá de un penalti no pitado a favor o una falta que no lo fue.
(Por Manel Díaz)