Lamentar la confusión creada al identificar ERRONEAMENTE a la aficionada que el pasado viernes provocó un pequeño incidente verbal en el partido de biberones y que se pensó (por confusión) que era la mujer del entrenador local.
Aclarada la confusión, pedir disculpas a la misma después de ya hacerlo de una forma personal.
Al César lo que es del César
Gerardo Taracido