Cuando un grupo de personas persiguen un objetivo común y ponen todo y más de su parte para alcanzarlo, éxito seguro. El asfalto bacheado se convierte en alfombra y las piedras en el camino son trituradas por la fuerza de una ilusión. El propio esfuerzo ya supone una recompensa y si encima se logra el objetivo el éxito se convierte alegría desbordante y esa sensación especial que te da haber compartido las penas juntos y vivir ahora los éxitos juntos también.Ese grupo y esas personas tienen en esta ocasión nombre y apellidos. La Cultural Maniños, directiva, jugadores, cuerpo técnico y afición. Un todo irrenunciable que actúa como foco de una atracción que lejos de ser fatal se torna en fortaleza indestructible cuando vienen mal dadas.
Enhorabuena familia, el club está de nuevo donde se merece y por fin tiene su liga, esa que tanto costo ganar el pasado domingo en O Pote después de 18 años de espera. Ahora tras haber celebrado como nunca un ascenso más que merecido, toca reflexionar y poner vista al futuro.
Ascensos y descensos vienen marcando el devenir de las últimas temporadas de un O Pote que ya ha dicho adiós a las moldeadas siluetas del barro para recibir a esa hierba que no huele de la que tanto reniego a pesar de ser solución y empuje para el futuro. Habrá que tomar nota de antecedentes y prevenir para no tener que curar. El nuevo proyecto de la entidad seguro será apasionante y una temporada más el objetivo estará conseguido de antemano porque nunca fracasas cuando todo lo haces con la fuerza de una ilusión.
ENHORABUENA A TODOS Y GO MANIÑOS!!!
Por Manel Díaz
