Por eso se presentaba el partido como una final para los dos, especialmente para los blancos que de tener un tropiezo ante los del Misael Prieto prácticamente firmaría su sentencia de muerte.
El partido se decidió en los instantes finales después de que este transcurriese en una continúa pelea llena de imprecisiones por ambos lados, con más ocasiones para los blancos, un gol anulado, un posible penalti, dos expulsiones para los visitantes así como alguna clara ocasión de los verdes desbaratada por un acertado Carlos.
Cuando el partido se veía abocado al empate a ceros, apareció el hombre de los goles imposibles, Blanco, para culminar una trenzada jugada local y dejar los tres puntos en O Pote que estalló de alegría con el gol.
Tres puntos de oro que sirven para coger un poco de aire de cara a una muy complicada segunda vuelta en la que toda la Familia del Cultural Maniños tiene que poner de su parte para intentar un objetivo muy pero que muy difícil que es la salvación.
Se va a intentar, ¿ALGUIEN LO DUDA?
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